La Aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en
su boca
porque allí no hay mañana ni
esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres
furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores
deshojados;
saben que van al cieno de números y
leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin
fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin
raíces.
Por los barrios hay gentes que
vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio
de sangre.
Poeta en Nueva York es la obra
más característica de la etapa surrealista de Lorca. El poeta viajó a Nueva
York en el verano de 1929 y se encontró con una ciudad tecnológicamente muy
avanzada, pero privada del contacto con la naturaleza.
Lorca
utiliza la técnica surrealista para expresar la angustia que le produce esa
cultura urbana, materialista, que ha envilecido al amor y que ha degradado la
naturaleza y para lanzar un grito de protesta contra ella. Para ello utiliza
imágenes irracionales, absurdas, como salidas de una pesadilla, para dar su
personal visión de una ciudad en la que abunda el racismo, la violencia, la
avaricia, la crueldad, la miseria en los suburbios etc.
Estructura
Los
ocho primeros versos, son de métrica libre. Estos versos, coinciden con un
momento en el que se describe la Aurora entre la ciudad, aún dormida. Una
ciudad geométrica y fría.
El
resto de versos, desde La aurora llega y nadie la
recibe en su boca, tienen una métrica regular y en ellos se describe el
despertar de la gente entre la Aurora. Una gente sin esperanza.
Simbolismo
Dado
que el lenguaje es surrealista, ha de entenderse que ciertas cosas no son lo
que parecen, si no representaciones concretas de ideas, impresiones y
sentimientos abstractos.
Los
símbolos pueden interpretarse de maneras infinitas, tantas como lectores
existan. Esto es parte del juego y del encanto del surrealismo: Una cosa puede
significar distintas cosas en función de la experiencia vital del lector, de
sus recuerdos, incluso de su estado de ánimo. Es un juego con el subconsciente
y ante todo, una literatura participativa. No en vano, el surrealismo está
fuertemente influenciado por la corriente Freudiana del subconsciente.
Al
margen de que cada uno se figure los significados que quiera, expondré
algunas interpretaciones posibles, como para empezar el juego.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.
El
amanecer de Nueva York alumbra cuatro columnas de lodo, que bien podrían ser
cuatro chimeneas humeantes y sucias, o cuatro rascacielos oscuros y grises.
Contrapone el sentido positivo de la palabra "columna" que es algo
que normalmente se identifica con "soporte", "fuerza",
"seguridad", con el sentido negativo del lodo, que es "sucio",
"escurridizo" y "mórbido".
"Y un huracán de negras palomas que chapotean aguas
podridas"
De nuevo contrapone el posible sentido positivo de una paloma, como símbolo de la paz, blanca y libre, con un huracán que es algo destructivo. El huracán es de palomas que además no son blancas si no negras, y que para colmo chapotean en aguas podridas. Lo puro, lo positivo, la libertad y la esperanza, se corrompen y se convierten en destructivo.
De nuevo contrapone el posible sentido positivo de una paloma, como símbolo de la paz, blanca y libre, con un huracán que es algo destructivo. El huracán es de palomas que además no son blancas si no negras, y que para colmo chapotean en aguas podridas. Lo puro, lo positivo, la libertad y la esperanza, se corrompen y se convierten en destructivo.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
Lorca
da a la Aurora un trato humano ya que "gime" y "busca". Parece un personaje torturado, o una mujer que camina
como alma en pena. Y la Aurora está buscando entre "aristas"
y
"escaleras". Las aristas y escaleras recuerdan un
paisaje geométrico carente de naturaleza o de espontaneidad o de amor. Las
aristas normalmente presentan filos desagradables, cortantes. Ambas cosas
recuerdan al acero, al hormigón y al color gris.
La
Aurora busca "nardos de angustia". El nardo es
una flor, algo que evidentemente no crece en el suelo de Nueva York: No hay
flores entre el hormigón y el asfalto. No hay flores escondidas entre las
aristas, y esto provoca angustia. Son nardos de angustia, porque no están. Por
lo que es una angustia dibujada, ya que no
existen realmente. Son un anhelo de la Aurora.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Comienza
aquí la segunda parte del poema, en el que la Aurora se encuentra con los
habitantes de Nueva York. La Aurora llega y espera que la gente la esté esperando dando
las gracias por un nuevo día, pero allí no hay nadie. "Nadie la recibe en su boca". Esto puede
recordar a un beso, o al acto de tomar la Hostia Sagrada. Nadie espera su
aliento (boca) y la Aurora encuentra otro motivo de angustia. Allí nadie
la espera porque "no hay mañana ni esperanza posible". ¿Por qué
ibas a alegrarte de un nuevo día, cuando tu nuevo día es un día vacío de
esperanzas, si la vida no representa libertad ni gozo, si no esclavitud y
competitividad?
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Las
monedas simbolizarían el dinero. El dinero que "ataca" en
enjambres furiosos, como si fueran abejas enloquecidas. El dinero en Nueva
York, es el acicate para vivir esclavizado en una cárcel de pretensiones. Y ese
dinero maltrata y tortura a "abandonados niños" que bien podrían ser
todos aquellos habitantes de Nueva York que inocentemente han caído en la
trampa del dinero, y que no han tenido en ningún momento una mano paternal que
les indique que ése no es camino hacia la felicidad. De ahí, que la gente sean
niños y que estén abandonados. Son más bien personas sin criterio que no
tienen quien vele por ellos. Aquí una vez más se contrapone la imagen positiva
de los niños, con la negativa y violenta del enjambre furioso que taladra y
devora.
Los primeros que salen comprueban con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
Las
primeras personas que salen sienten en sus huesos, esto es, físicamente,
de una manera dolorosa y palpable, que ellos no tendrán paraíso. Ellos no
alcanzarán la felicidad, la plenitud, la alegría de vivir, ni tendrán amores
deshojados. Amores deshojados podrían ser aquellos que se viven plenamente, con
tranquilidad, deshojando cada día. Amores que se construyen en el día a día,
con cariño, no aquellos amores de urgencia en los que no interviene el cariño,
si no sólo el deseo y el uso del otro para goce propio.
Estas
personas "saben que van al cieno de números y leyes". Es curioso porque parece
que quiere decir que van a ir al "Cielo" de números y leyes, al
paraíso prometido de números y leyes, pero que evidentemente éste cielo no
tiene nada de gozoso ni de atractivo, si no más bien, es un cielo (un paraíso
prometido) de podredumbre y angustia. El cielo en realidad es
"cieno". Los habitantes de Nueva York saben que su esperanza
sólo es el cieno, y es de números y leyes. Números de negocios, dinero,
empresas, beneficios y pérdidas, y leyes rígidas e inhumanas, que no defienden
al pobre o al descastado, si no al rico y poderoso. Estas personas también
saben que el cieno al que van, está compuesto de "juegos sin arte".
Los juegos sin arte son juegos sin gozo, son juegos prescritos, impuestos. Son
un teatro fijado en el que cada uno tiene un papel inamovible. Y a la vez está
compuesto de "sudores sin fruto", puesto que todas las horas que
pasan trabajando, no recaen en el trabajador el provecho que le corresponde. Es
la alienación del fruto del trabajo. Un granjero puede pasar todo el día
trabajando duro, pero al final del día tendrá leche de sus vacas, huevos de sus
gallinas y hortalizas de su huerto, y los tomará como producto de su esfuerzo.
Un trabajador de Nueva York, un oficinista por ejemplo, pasa todo el día
trabajando duro, pero al final del día no ha obtenido satisfacción alguna de su
trabajo, salvo el dinero, que vuelve a corromper todo.
La
luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Éste es el final del poema de la misma manera que es la muerte definitiva de toda esperanza. La luz finalmente muere porque es "sepultada", enterrada, bajo cadenas y ruidos. Cadenas de los esclavos del dinero y del trabajo, y ruidos de sus fábricas y coches. El ruido es molesto y estridente y es la antítesis de lo que se busca en la naturaleza o en la paz. Las cadenas de los esclavos también hacen ruido.
"La ciencia sin raíces", es la tecnología que no cuenta con el humano, la tecnología fría y deshumanizadora, y la ciencia en general que no busca el bienestar del humano si no acrecentar beneficios a unos pocos. Esta ciencia, por supuesto, es vergonzante y por eso el reto es impúdico, porque lo hacen sin pudor, siendo algo de lo que no es loable enorgullecerse.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre.
Los barrios recuerdan a los arrabales, a acúmulo de viviendas pobres y alejadas del núcleo financiero. Por estos barrios, vacilan gentes insomnes. Son gentes que no caminan con un objetivo claro, si no que vacilan como deambulando sin rumbo, como borrachos o en estado de shock. Son insomnes, gentes que no duermen, que sufren, que no descansan, que sus días están marcados por el deseo de descanso y la necesidad de sueño. Por eso "vacilan", porque necesitan descansar y encontrar paz. Y están recién salidos de un naufragio de sangre. Están alucinados porque han salido de un hundimiento en el dolor y el sufrimiento. Es una imagen de muerte, es una pesadilla de la que han salido como si en su insomnio, en su no dormir, hayan tenido pesadillas de destrucción y desesperanza. Al levantarse por la mañana sienten la resaca de la noche pasada entre sueños no dormidos y pesadillas vividas.
Esta
mañana me he levando canturreando "A Aurora" interpretada por Chico
Buarque y Raimundo Fagner, del disco Poetas en Nueva York. Mientras desayunaba
me he puesto la canción y lo que ha ocurrido después, ya lo habéis visto.
La canción:
https://www.youtube.com/watch?v=UH2qBC7ZUOY&index=7&list=PLDF887C706DDAD8E0
Y hasta aquí mi humilde visión (auspiciada por los siguientes links) de este maravilloso poema.
Referencias:
Este poema lo llevé dos veces a mis recitales e hice su explicación. Varió en algunas cosas con la explicación metafórica, pero está bastante bien la aquí dada. Yo no creo que Lorca en este poema dejara las cosas tan abiertas. Algunas metáforas son bastante precisas con imágenes reales del crac de la bolsa en 1929. Un saludote.
ResponderEliminarMe encanta en la forma que has descrito las imágenes del poema ,se entienden muy bien .
ResponderEliminarHas hecho algun otro análisis de otros poemas de Lorca ? Sería muy interesante que pudieras hacer un comentario similar de otros poemas de Federico . Gracias
Muchas gracias por tu comentario. Tenía aparcado el blog pero me animas a retomarlo. Sería buena idea hacerlo con Lorca!
EliminarGracias de nuevo.