domingo, 11 de septiembre de 2011

The kursk

 Hacía tiempo que escuchaba la canción de una manera compulsiva. Es cierto que casi todo lo que hace Matt Elliott me gusta pero esta canción en concreto me atrapaba. Además, para hacer la atracción más enfermiza si cabe, busqué el vídeo que es crudísimo y sin entenderlo completamente, se me quedó grabado.
A partir de entonces escuchaba la canción y automáticamente recordaba el vídeo; Era como masturbarse pero con ciertos tintes de depravación.
 El 12 de Agosto (El 12 de Agosto!) de este año, estaba sentada bajo el toldo de la terraza de una casa con jardín que ya me gustaría que fuera la mía. Ya sabes: Una noche de calor, cigarras, los aspersores en funcionamiento y una luna gorda y resplandeciente como una embarazada.
 Nada que hacer salvo escuchar música. Elijo, una vez más, The Kursk de Matt Elliott.
Comienza una tormenta de verano de las que se clavan en la retina. Juro que así fue, aunque parezca un tópico literario!
 Matt Elliot aullaba mientras varios relámpagos resquebrajaban el cielo negro y el viento arrastraba las gotas de la lluvia que me mojaban los pies. Como siempre he tenido cierta tendencia al dramatismo, en vez de meterme en casa como cualquier persona hubiera hecho, me quedé ahí clavada, con los pies mojados y la piel de gallina esperando que no me caiga un rayo encima.
Yo no recordaba qué era The Kursk hasta que aquella noche llevada por el "gotiquismo" consulté con el gran gurú Wikipedia.
 El K-141 Kursk fue un submarino nuclear de la Armada Rusa perdido con toda su tripulación en una tragedia ocurrida en el Mar de Barents el 12 de agosto de 2000. (12 de Agosto!)
 El Kursk, que estaba de maniobras, lanzó dos torpedos. Los torpedos usan un propelente a base de Peróxido de hidrógeno. El propelente de uno de ellos se filtró por la herrumbre de su misma carcasa. Esto produjo una reacción en cadena que ocasionó la primera explosión cuya onda expansiva mató a siete hombres e hirió y/o desorientó a unos 37 más. La boya de emergencia que tuvo que salir despedida a la superficie dando la señal de alarma no lo hizo: La habían inhabilitado por los temores de que la boya se desplegara revelando la posición del submarino a la flota estadounidense.
Hubo una segunda explosión mucho más grande cuando el submarino colisionó con el fondo marino. Esto produjo la explosión de más torpedos. La explosión alcanzó los 3,5 puntos en la escala de Richter.
Dicha explosión dejó abiertos dos compartimentos por los cuales entraba agua a razón de 90.0000 litros por segundo.
Aún sobrevivían 23 tripulantes que se agazaparon en un compartimento trasero de una tumba de metal  de 8,5 mm de acero, en el fondo del mar.
La armada Rusa no inició inmediatamente ningún rescate por mantener en secreto la calamidad. Los familiares de los tripulantes presionaron y no se iniciaron maniobras de rescate hasta el decimosexto día.
 Se estima que a las cuatro horas de la segunda explosión el compartimento donde se refugiaron los tripulantes quedó sin luz. A medida que el agua inundaba el submarino se produjo un incendio que los terminaría asfixiando.
Tras reflotar parte de los restos del submarino el 8 de octubre de 2011 fueron recuperadas tres notas de los supervivientes pero solo dos fueron hechas públicas y no en su totalidad.
Una de ellas es esta de Kolesnikov, teniente del navío:
“13.15., Todos los tripulantes de los compartimientos sexto, séptimo y octavo se trasladaron al noveno. Aquí nos encontramos veintitrés personas.
Tomamos esta decisión como resultado de la avería."
Poco más de media hora más tarde, Kolesnikov aún pudo redactar otro apunte en la carta: “13.5... (no se aprecia claramente la última cifra de los minutos). Escribo a ciegas...”

Intenté evitar imaginar la agonía de estas personas esperando su muerte. Intenté no imaginarme en la situación... Pero como ya he dicho tengo cierta tendencia al dramatismo.
Es curioso que me diera por indagar sobre el tema el 12 de Agosto: El undécimo aniversario de lo ocurrido.
Dí de nuevo al Play para escuchar de nuevo el tema de Matt Elliott, como si de un Requiem se tratase.
 Para entonces ya no sólo eran los pies los que tenía mojados.

martes, 6 de septiembre de 2011

Haiku

                                                     La ostra y el tiempo
Convierten la impureza
En blanca perla

Viejo sentado

             Sentado sobre una roca en medio de la campiña el viejo parece flotar en medio de la nada.
             Tiene su bastón apoyado en un punto indeterminado y la boina encajada sobre unas cejas grises y crecidas; Observa la vida en silencio.
            Una urraca vuela fresca entre las olas de fuego de Agosto y un tren de alta velocidad aparece como una explosión en el paisaje dejando tras de sí pequeños torbellinos de polvo y cigarras.
            El secarral canta con garganta seca mientras el viejo espera el atardecer. Nada que hacer, sólo esperar.
            Todo lo que sus ojos han visto quedará encerrado tras sus párpados de papel. El valor que una vez tuvo, se perdió en el laberinto de pelusas que se acumula dentro de él.
            Se sienta en medio de los campos aplanados, marrones y amarillos, de un Agosto infernal a ver las urracas pasar y al tren volar, esperando que llegue un día más el atardecer.         
            En la mano una varilla de madera llena de nudos, como conflictos en su alma.