viernes, 21 de noviembre de 2014

Nikko. World Heritage


Nikko es una población a unos 125 kms de Tokio. Se suele visitar en una excursión de un día, ya que con el Shinkansen se llega en poco tiempo.
Nikko está repleto de santuarios y templos sintoístas. Es patrimonio de la humanidad.

Templos en Nikko

Antes de entrar en los templos sintoístas,  existe un ritual de purificación que consiste en lavarse ambas manos y aclararse la boca. Para ello, a la entrada de todos los templos, desde los más grandes hasta los más humildes, hay siempre una fuente más o menos decorada con cazos para realizar el ritual. Estas fuentes suelen tener una estética muy cuidada, simulando caños naturales de agua (a veces lo son). Como hay mucha humedad, suele haber mucho musgo al rededor y la verdad, parecen de cuento.

Ritual de purificación sintoísta









 En todos los templos sintoístas hay otra característica: Los Shide. Son papeles blancos en forma de relámpago que se cuelgan de cuerdas llamadas Shimenawa. También los llevan los llevan en el mandil los  Yokozuna que son los luchadores  de sumo de mayor categoría. Estos papeles delimitan las zonas sagradas y protegen de los malos espíritus.

Fuente de purificación con Shide colgando

También es parte del ritual, inhalar el humo del incienso e incluso "bañarse" con él para mantenerse sano.


El famoso puente rojo de Nikko. Este puente rojo conducía a los peregrinos a los templos. A la izquierda están todos los templos y a la derecha del río, está el abismo de Kanmangafuchi.
 Abismo de Kanmangafuchi. En realidad no es un abismo, es una pequeña garganta por la cual se puede pasear, a lo largo del curso del río. El sendero está custodiado por estatuas Jizō que son pequeños budas que velan por los niños muertos o no nacidos. Llevan gorritos de lana y baberos para esconder bajo ellos a dichos niños y así esconderlos de los demonios del infierno


Estatuas Jizo